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Aletheia- El valor de ser críticos.

Artículo  de Divulgación Filosófica- publicada en la edición de Marzo  2021-  Revista CABA- Daniel Caballero. Treinta y tres- Uruguay. 

Ficha Epistemología- 5to- Nocturno.


Liceo Departamental de Treinta y tres. Filosofía 2do Bach. Nocturno- Año 2019.Prof.: Adriana Silvera.

Ficha 5- Epistemología.


SAMIR OKASHA
¿Qué es la ciencia? Esta pregunta parece fácil de responder: todos saben que materias como la física, la química y la biología son ciencia, mientras que disciplinas como el arte, la música y la teología no lo son. Pero cuando, como filósofos, preguntamos qué es la ciencia, ésta no es la clase de respuesta que buscamos. No preguntamos por una simple lista de las actividades englobadas dentro del término "ciencia". Más bien buscamos el rasgo que comparten todas las materias listadas; es decir, qué es lo que hace de algo una ciencia. Entendida de esta manera, la pregunta no es tan trivial.
Aun así, podría seguirse pensando que la pregunta es sencilla. ¿De verdad es la ciencia el intento de comprender, explicar y predecir el mundo en que vivimos? Ciertamente, ésta es una respuesta razonable. Sin embargo, ¿aquí termina la historia? Después de todo, las diversas religiones también pretenden comprender y explicar el mundo, si bien la religión no se considera una rama de la ciencia. De manera similar, la astrología y la adivinación son intentos de predecir el futuro, pero la gente no describiría estas actividades como ciencia.
Muchas personas creen que las características distintivas de la ciencia residen en los métodos particulares que los científicos emplean para investigar el mundo. Esta idea es muy razonable, porque muchas ciencias utilizan métodos de estudio que no se encuentran en las disciplinas no científicas. Un ejemplo obvio son los experimentos, que históricamente marcan un punto nodal en el desarrollo de la ciencia moderna. Sin embargo, no todas las ciencias son experimentales: los astrónomos no pueden experimentar en los cielos, y deben conformarse con la observación cuidadosa. Lo mismo ocurre con diversas ciencias sociales. Otro rasgo importante de la ciencia es la construcción de teorías. Los científicos no sólo registran los resultados de la experimentación y la observación, sino que explican esos resultados en términos de una teoría general. Esto no siempre es fácil de realizar, si bien ha habido éxitos sorprendentes. Uno de los problemas clave de la filosofía de la ciencia es comprender por qué algunas técnicas como la experimentación, la observación y la construcción de teorías han permitido a los científicos develar muchos de los secretos de la naturaleza.
 “UNA BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA”, EDITORIAL OCÉANO DE MÉXICO, S.A. 2007 (Tradujo JOSÉ MARIA FÁBREGAS PUIG de la edición original en inglés de Oxford University Press)

EL CONCEPTO DE CIENCIA
 Gregorio KLIMOVSKY. “ LAS DESVENTURAS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO”.  Buenos Aires, 1994, A-Z editora
Ciencia, conocimiento y método científico  
Es indudable el importante papel que desempeña la ciencia en la sociedad contemporánea, no sólo en lo que respecta a sus aplicaciones tecnológicas sino también por el cambio conceptual que ha inducido en nuestra comprensión del universo y de las comunidades humanas. La tarea de comprender qué es la ciencia importa porque a la vez es comprender nuestra época, nuestro destino y, en cierto modo, comprendernos a nosotros mismos. Desde un punto de vista estrecho, que deja de lado la actividad de los hombres de ciencia y los medios de producción (Id conocimiento científico, podemos decir que la ciencia es fundamentalmente un acopio de conocimiento, que utilizamos para comprender el mundo y modificarlo.
 Tratemos entonces de poner en claro qué entendemos por conocimiento. Cuando se formula una afirmación y se piensa que ella expresa conocimiento, ¿qué condiciones debe cumplir? Según lo expone Platón en su diálogo Teetetos, tres son los requisitos que se le deben exigir para que se pueda hablar de conocimiento: creencia, verdad y prueba*. En primer lugar, quien formula la afirmación debe creer en ella. Segundo, el conocimiento expresado debe ser verdadero. Tercero, deberá haber pruebas de este conocimiento. Si no hay creencia, aunque por casualidad haya verdad y exista la prueba, pero ésta no se halle en poder de quien formula la afirmación, no podremos hablar de conocimiento. Tampoco podremos hacerlo si no hay verdad, porque no asociamos el conocimiento a sostener lo que no corresponde a la realidad o a los estados de cosas en estudio. Y aunque hubiese creencia y verdad, mientras no exista la prueba se estará en estado de opinión mas no de conocimiento. Claro que, en esta concepción platónica, el establecimiento de la prueba ya impone la satisfacción (le la segunda condición, la verdad del presunto conocimiento, de lo cual resol la que las tres condiciones no son enteramente independientes.
 En la actualidad, como hemos de analizar a lo largo de este libro, ninguno de los tres requisitos se considera apropiado para definir el conocimiento científico. La concepción moderna de éste es más modesta y menos tajante que la platónica, y el término “prueba” se utiliza para designar elementos de juicio destinados a garantizar que una hipótesis o una teoría científicas son adecuadas o satisfactorias de acuerdo con ciertos criterios que discutiremos más adelante. Ya no exigimos del conocimiento una dependencia estricta entre prueba y verdad. Sería posible que hubiésemos probado suficientemente” una teoría científica sin haber establecido su verdad (de manera concluyente, y por tanto no debe extrañar que una teoría aceptada en cierto momento histórico sea desechada más adelante. En el mismo sentido debemos señalar que hoy en día la noción de prueba no está indisolublemente ligada al tipo de Convicción o adhesión llamada “creencia”. En 1900, el físico alemán Max Planck formuló una hipótesis revolucionaria para el desarrollo siguiente de la teoría cuántica, pero dejó claramente sentado que no “creía” en ella y la consideraba provisional, a la espera (de que otros investigadores hallasen una solución más satisfactoria al problema en estudio. (Lo cual, dicho sea de paso, no aconteció, y Planck acabó por recibir el premio Nobel por la trascendencia de su trabajo.) Por otra parte, muchos físicos actuales emplean la teoría llamada mecánica cuántica por su eficacia explicativa y predictiva, pero la entienden a la manera de un instrumento de cálculo y no creen que ella ofrezca conocimiento alguno de la realidad
Sin embargo, la caracterización platónica será para nosotros un buen punto de partida, aunque provisional, para indicar de qué se habla cuando se alude al conocimiento. Supondremos por el momento que si un científico pretende ofrecer conocimiento, se refiere a algo creído, acertado y probado. Además, puesto que no todo conocimiento es conocimiento científico, un problema que tendremos que encarar más adelante es en qué consiste la característica esencial que permite distinguir al conocimiento científico de otros tipos de conocimiento, por ejemplo, al que aludimos en nuestra vida cotidiana cuando hablamos de conocer el camino a casa o el estado del tiempo.
 Según algunos epistemólogos, lo que resulta característico del conocimiento que brinda la ciencia es el llamado método científico, un procedimiento que permite obtenerlo y también, a la vez, justificarlo. Pero cabe una digresión. ¿Tenemos derecho a hablar de un método científico? El famoso historiador de la ciencia y educador James B. Conant, de la Universidad de Harvard, se burlaba de quienes suponen que existe algo semejante a el método científico y, en principio, parece tener razón. Pues entre los métodos que utiliza el científico se pueden señalar métodos definitorios, métodos clasificatorios, métodos estadísticos, métodos hipotético deductivos, procedimientos de medición y muchos otros, por lo cual hablar del método científico es referirse en realidad a un vasto conjunto de tácticas empleadas para constituir el conocimiento. Tal vez este conjunto de tácticas se modifique con la historia de la ciencia, ya que con las nuevas teorías e instrumentos materiales y conceptuales que se incorporan con el correr del tiempo se alteran no sólo los métodos sino también la noción misma de ciencia. Sin embargo, entre tantas tácticas existen algunas estrategias fundamentales. Por ejemplo, si excluimos las ciencias formales como la matemática y en cierto modo también las ciencias sociales, y nos referimos exclusivamente a las ciencias naturales como la física, la química y la biología, resulta claro que el método hipotético deductivo y la estadística son esenciales para la investigación en estos ámbitos. Aquí hablar de método científico sería referirse a métodos para inferir estadísticamente, construir hipótesis y ponerlas a prueba. Si es así, el conocimiento científico podría caracterizarse como aquel que se obtiene siguiendo los procedimientos que describen estas estrategias básicas.
Filosofía de la ciencia, epistemología, metodología
A propósito de nomenclaturas, corresponde aclarar el significado de la palabra epistemología. Muchos autores franceses e ingleses la utilizan para designar lo que en nuestro medio se llama “teoría del conocimiento” o “gnoseología”, es decir, un sector de la filosofía que examina el problema del conocimiento en general: el ordinario, el filosófico, el científico, etc. Pero en este libro el término “epistemología” será empleado en un sentido más restringido, referido exclusivamente a los problemas del conocimiento científico, tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios con los cuales se lo justifica o invalida. La epistemología sería, entonces, el estudio de las condiciones de producción y de validación del conocimiento científico.
 El epistemólogo se formula una pregunta de crucial importancia para comprender y analizar la significación cultural de la ciencia en la actualidad: por qué debemos creer en aquello que afirman los científicos. No acepta sin crítica el conocimiento científico, sino que lo examina del modo más objetivo posible: para él es igualmente de interés una teoría nueva, contemporánea, que las teorías tradicionales que en su momento tuvieron gran prestancia (como la mecánica newtoniana). Al igual que un filósofo, frente a cualquier teoría y con independencia de que esté apoyada por la tradición o sea muy reciente, se preguntará por su aparición como fenómeno histórico, social o psicológico, por qué hay que considerarla como buena o mala, o cuáles son los criterios para decidir si una teoría es mejor o peor que otra. La epistemología es por ello una actividad crítica que se dirige hacia todo el campo de la ciencia.

Mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el hombre tratar de entenderlo; y, sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible del mundo, el hombre intenta enseñorearse de él para hacerlo más confortable. En este proceso, construye un mundo artificial: ese creciente cuerpo de ideas llamado “ciencia”, que puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y  por consiguiente falible. Por medio de la investigación científica, el hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo y cada vez más amplia, profunda y exacta
                                                                                                                                                                                                                                             Mario Bunge

SAMIR OKASHA  “UNA BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA”
RAZONAMIENTO CIENTÍFICO
Los científicos a menudo nos dicen cosas acerca del mundo que, de otra manera, no se creerían. Por ejemplo, los biólogos afirman que tenemos una estrecha relación con los chimpancés, los geólogos aseguran que África y Sudamérica estaban unidas, mientras que los cosmólogos plantean que el universo está en expansión. Sin embargo, ¿cómo alcanzan los científicos esas conclusiones que suenan tan improbables? Después de todo, nadie ha visto a una especie evolucionar de otra o a un continente dividirse en dos, o al universo ampliándose. Por supuesto, la respuesta es que los científicos llegaron a esos planteamientos mediante un proceso de razonamiento o inferencia. No obstante, sería bueno conocer más acerca de este proceso. ¿Cuál es exactamente la naturaleza del razonamiento científico? ¿Y cuánta confianza debe ponerse en las inferencias hechas por los científicos? Estos son los temas de este capítulo.
Deducción e inducción
Los especialistas en lógica hacen una importante distinción entre los patrones de razonamiento deductivo e inductivo. Un ejemplo de razonamiento deductivo, o inferencia deductiva, es el siguiente:
Todos los franceses gustan del vino tinto Pierre es francés, Por lo tanto, Pierre gusta del vino tinto
Las dos primeras afirmaciones se llaman premisas de la inferencia, mientras que la tercera afirmación se denomina conclusión. Se trata de una inferencia deductiva porque tiene la siguiente propiedad: si las premisas son verdaderas, entonces la conclusión también debe ser verdadera. En otras palabras, si es verdad que todos los franceses gustan del vino tinto, y si es cierto que Pierre es francés, se deduce que a Pierre le gusta el vino tinto. Esto en ocasiones se expresa diciendo que las premisas de la inferencia conllevan la conclusión. Por supuesto, las premisas de esta inferencia casi siempre son falsas, pues habrá franceses a quienes no les agrade el vino. Pero ése no es el punto. Lo que confiere a la inferencia su carácter deductivo es la existencia de una relación apropiada entre premisas y conclusión; es decir que si las premisas son ciertas, la conclusión también lo será. Ahora bien, si las premisas son en realidad verdaderas es un tema distinto, que no afecta el estatus de la inferencia como deductiva.
No todas las inferencias son deductivas. Considérese el siguiente ejemplo:
Los primeros cinco huevos de la canasta están podridos Todos los huevos tienen la misma fecha de caducidad impresa en ellos, Por lo tanto, el sexto huevo también estará podrido
Esta parece parte de un razonamiento perfectamente perceptible. Y, sin embargo, no es deductivo porque las premisas no conllevan la conclusión. Incluso si los primeros cinco huevos estuvieran podridos, y aun si todos los huevos tuvieran la misma fecha de caducidad, esto no garantiza que el sexto huevo también esté podrido. Es muy posible que el sexto huevo se encuentre en buenas condiciones. En otras palabras, es lógicamente posible que las premisas de esta inferencia sean verdaderas y que aun así la conclusión resulte falsa, luego entonces la inferencia no es deductiva. Por el contrario, se le conoce como inferencia inductiva. En la inferencia inductiva, o razonamiento inductivo, nos movemos de premisas acerca de objetos que hemos examinado a conclusiones acerca de objetos que no hemos examinado; en este caso, huevos. El razonamiento deductivo es una actividad mucho más segura que el razonamiento inductivo. Cuando razonamos en forma deductiva podemos tener la segundad de que si comenzamos con premisas verdaderas, terminaremos con una conclusión verdadera. No ocurre lo mismo con el razonamiento inductivo, que puede llevarnos de premisas verdaderas a una conclusión falsa. A pasar de este defecto, a lo largo de nuestras vidas confiamos en el razonamiento inductivo, a menudo sin siquiera pensarlo. Por ejemplo, cuando encendemos la computadora en la mañana estamos seguros de que no nos explotará en el rostro. ¿Por qué? Porque la encendemos todas las mañanas y, hasta ahora, no nos ha explotado en el rostro. Sin embargo, la inferencia de "hasta ahora, mi computadora no ha explotado cuando la enciendo" a "mí computadora no explotará cuando la encienda esta vez" es inductiva, no deductiva, porque la premisa no lleva implícita la conclusión. Es lógicamente posible que la computadora explote esta vez, aun cuando no haya ocurrido antes en el pasado. En la vida diaria es fácil encontrar otros ejemplos de razonamiento inductivo. Cuando giramos el volante del auto hacia la izquierda, suponemos que éste se dirigirá hacia la izquierda, no hacia la derecha. Siempre que conducimos entre el tráfico, confiamos nuestra vida a este supuesto. Sin embargo, ¿qué nos asegura que es cierto? Si alguien nos pidiera que justificáramos nuestra convicción, ¿qué diríamos? A menos que seamos mecánicos, tal vez replicaríamos: "Cada vez que he doblado el volante a la izquierda en el pasado, el auto se ha dirigido a la izquierda. En consecuencia, lo mismo ocurrirá cuando gire el volante a la izquierda esta vez". De nuevo, ésta es una inferencia inductiva, no deductiva. Por lo tanto, razonar en forma inductiva es una parte indispensable de la vida diaria. ¿También los científicos usan el razonamiento inductivo? Parece ser que la respuesta es afirmativa. Considérese la enfermedad genética conocida como síndrome de Down (SD para abreviar). Los genetistas nos informan que quienes padecen SD tienen un cromosoma adicional, es decir, poseen 47 en vez de los 46 normales (figura 5). ¿Cómo saben esto? Por supuesto, la respuesta es que examinaron a un gran número de personas con SD y encontraron que todas tenían un cromosoma adicional. Luego entonces, razonaron inductivamente hasta llegar a la conclusión de que todos los pacientes con SD, incluyendo a los no examinados, poseen un cromosoma adicional. Es fácil ver que esta inferencia es inductiva. El hecho de que las personas con SD de la muestra estudiada tuvieran 47 cromosomas no prueba que todos los individuos con SD tengan esa cantidad. Es posible, aunque improbable, que la muestra no fuera representativa. Este ejemplo de ninguna manera es aislado. En efecto, los científicos utilizan el razonamiento inductivo siempre que pasan de datos limitados a una conclusión más general, cosa que hacen todo el tiempo. Considérese, por ejemplo, el principio de la gravitación universal de Newton, mencionado en el capítulo anterior, el cual sostiene que todo cuerpo en el universo ejerce una atracción gravitacional en todos los demás cuerpos. Ahora es obvio que Newton no llegó a este principio examinando a todos los cuerpos existentes en el universo; no tenía posibilidad de hacerlo. Más bien se dio cuenta de que el principio era verdadero para los planetas y el sol, así como para los objetos de todo tipo que se mueven cerca de la superficie terráquea. A partir de estos datos, infirió que el principio era cierto para todos los cuerpos. De nuevo, esta inferencia era, sin lugar a dudas, inductiva: el hecho de que el principio de Newton sea verdadero para algunos cuerpos no garantiza que lo sea para todos los demás. El papel central de la inducción en la ciencia a veces se ve oscurecido por la forma en que hablamos. Por ejemplo, se puede leer un reportaje en un diario donde se afirma que los científicos encontraron "pruebas experimentales de que el maíz genéticamente modificado es seguro para los seres humanos". Lo que esto significa es que los científicos probaron, el maíz en un gran número de seres humanos, y ninguno de ellos presentó algún daño. Sin embargo, estrictamente hablando esto no prueba que el maíz sea seguro, en el sentido en que los matemáticos pueden probar el teorema de Pitágoras, por ejemplo. 1 s,\ inferencia que va de "el maíz no dañó a ninguna de las personas en las que se probó" a "el maíz no dañará a nadie" es inductiva, no deductiva. El reportaje en realidad debió decir que los científicos encontraron evidencia muy sólida de que el maíz es seguro para los seres humanos. La palabra "prueba" sólo debe usarse cuando tratamos con inferencias deductivas. En este estricto sentido del término  las hipótesis científicas rara vez —si es que alguna— pueden probar su veracidad a través de los datos.

                                 Actividades:
Texto 1. Samir Okasha: ¿Qué queremos saber cuándo preguntamos ¿qué es la ciencia?
                                                        ¿Es una pregunta trivial?  ¿Por qué?
                                                       ¿Qué posibles respuestas puede recibir esta pregunta?  ¿Por qué no son satisfactorias?
                                                         ¿Qué otras interrogantes pueden mencionarse?

Texto 2. Gregorio KLIMOVSKY:
  Elabora una lista de aplicaciones científica y tecnológicas que se encuentran en nuestra sociedad.
¿Por qué es importante entender qué es la ciencia según el autor?
¿Qué condiciones debe cumplir una afirmación para aceptar que es un conocimiento científico según Platón?
¿A qué se le denomina método científico?
¿Qué estudia la epistemología?

Texto 3.  Mario Bunge. ¿Por qué la ciencia es un “mundo artificial”?
                                    ¿Cómo caracteriza a ese “cuerpo de ideas” que se denomina científico?

Texto 4- ¿Qué maneras de razonamiento científico podemos citar? Descríbelos presentando ejemplos.

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